Esta etapa de trabajo freelance en la que me embarqué ya se ha extendido por 9 meses. Tiempo durante el cual la vengo pasando muy bien. Sin moverme demasiado, trabajo no me está faltando, lo que es muy bueno. Es por la no falta de trabajo que en este sitio aún no figura mi portfolio con mis últimos trabajos. Esto no quiere decir que si pongo el portfolio online es porque no tengo trabajo, no sean literales. Sólo quiere decir que pude tomarme todo este tiempo para pensar bien cómo quiero que se muestre todo.
Hablando exclusivamente de trabajo freelance, me voy a permitir escribir unas líneas sobre el armado de presupuestos. Tal como dije en el post anterior, guías para ser freelance hay muchisimas, estos posteos no pretenden ser otra cosa que mi visión sobre temas muy puntuales.
Un trabajo freelance empieza por el contacto con el cliente, donde se transmitió una necesidad, y uno puede satisfacerla. Uno empieza entonces a bosquejar en mente varias ideas, de diseño, desarrollo, usabilidad, publicidad, etc. Pero más importante aún, tiempos, costos y equipo de trabajo. Estas obligado a presupuestar, no interesa si sos estudiante y estas leyendo esto porque tenés curiosidad sobre el trabajo freelance, necesitas hacer un presupuesto. Con el correr de los trabajos, los documentos que hago con presupuestos empiezan a ocupar más y más carillas. Los primeros fueron de tres, ahora son 4 o 5… por supuesto que depende del trabajo en sí, ya me van a entender.
Qué items cubro en mis documentos?
Órden de trabajo: suelen ser uno o dos renglones. Muy simple, «Se requiere hacer un sitio web» es perfectamente viable.
Breve detalle: sirve para explayarse en el trabajo. Por ejemplo, si el sitio tendrá administrador, usuarios, carritos, blog, etc. Se intenta nombrar los ítems que habrá (si existe ya un árbol de navegación, va acá), pero no cómo van a funcionar.
Detalle técnico: En este espacio sí se dice como va a funcionar todo lo que se mencionó antes. No hace falta decir detalles de cómo se va a programar o maquetar, pero sí que hará en x lenguaje, o siguiendo estándares, que validará en tales navegadores, etc.
Requerimientos: fácil, que necesitamos que nos dé el cliente para poder hacer todo lo que dijimos que sabemos hacer.
Alcance: es el espacio donde se pone en claro dónde termina mi responsabilidad y empieza la del cliente o la de terceros. Por ejemplo, si preveo que puede existir un problema legal porque el cliente insiste en copiar, este es el espacio en donde pongo de preaviso al cliente. Si el trabajo requiere SEO, suelo aclarar que mi servicio es (precisamente) SEO y no posicionamiento, ya que para primeras posiciones se requiere otro tipo de trabajo.
Tiempo de trabajo: cuánto me va a llevar. Esto va de la mano con algunos puntos de requerimientos y alcances. Entonces, siempre vale la aclaración de que si el cliente no entrega el material, uno también lo hace.
Valor: cuánto cuesta, porcentajes a cobrar, y formas de pago.
Documentación: para hacer un presupuesto, seguro que el cliente nos mostró una web (o lo hicimos nosotros para graficar algo), o nos pasó algún .doc o .jpg, etc. Todo lo que nos haya pasado y que se usó para presupuestar, va acá.
Otras cosas que se pueden añadir pueden las relativas al contrato de terceros, desde fotografías hasta el servidor. Otro punto puede ser sobre la propiedad intelectual.
El que estoy evaluando agregar, pero depende muchísimo del cliente y proyecto, es qué sucede cuando se extiende el período de bocetos de diseño, lo cual va de la mano con que se supone que alguien te contrata no para ejecutar el diseño que él tiene en la cabeza, sino para que uno pueda traducir una necesidad en la mejor resolución visual.
Es un poco más complicado, porque básicamente se trata de decir que la persona idónea soy yo, y no el cliente. Y al menos por ahora, no se me ocurre una forma de decirlo sin que lleve a un malentendido.
Escucho sugerencias…
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Hola Nico!! Muy interesante tu post. Quería agregarte mi experiencia en ese último punto que aún no sabes bien como resolver. Cuando armo un presupuesto dejo aclarado que dentro del mismo incluye el armado de 2 propuestas que serán bocetadas.
Si el cliente quiere una nueva propuesta o bien plasmar la suya en un boceto nuevo le sumo un plus (15% del valor presupuestado) por este trabajo extra. Claro que no es la solución para poder decirle a tu cliente lo más diplomáticamente posible que al contratarte se supone que confía en tu sapiencia … pero al menos resolves el tema del tiempo extra que su «capricho» o «falta de fe» te insume a vos.
Ojala te sirva de algo mi comentario. Beso!!
Gracias Vivi! Está bueno esto que planteas, lo voy a tener en cuenta, si bien no hace lo que estaba pensando, es un buen paraguas.
Beso.