Hace un poquito más de un año que estoy trabajando en casa, y ya me animo a dar consejos a quienes se preguntan qué se necesita para trabajar freelance. Esta no es ninguna guía definitiva, son sólo algunos tips aprendidos en este tiempo, es totalmente extensible (por eso lo de «entrega 1»), y más importante aún, es lo que a mí me funcionó, quizás otros no pueden aplicar estos punteos, o lo hicieron sin resultados… para eso están los comentarios:
Necesitás equipo
Ya escribí un post sobre esto anteriormente, básicamente la idea es que para responderle a un cliente, necesitás una oficina completa. Si hace falta contratar a alguien de sistemas, hacelo. Si hace falta aprender algo de sistemas, es mejor si llamás al que sabe de verdad antes de ponerte ahorrativo en algo con lo que vas a trabajar todos los días. En fin, preparate en todos los sentidos.
Un lápiz es más preciso que la memoria
Soy de aquellos que tiene muy buena memoria. Suelo recordar muchos detalles de cada una de mis charlas, inclusive de aquellas que fueron hace ya un par de años. Sin embargo, no puedo recordar todos los detalles todo el tiempo, obvio. Si bien siempre llevo mi anotador, durante el transcurso de una reunión no estoy tomando nota constante de todo lo que se está hablando, ni siquiera la punteo. Para mí, siempre fue más efectivo prestar muchísima atención a lo que se está hablando, inclusive cuando era estudiante. A mí siempre me sirvió pensar sobre lo que se está hablando en el momento. Pero algo que aprendí a fuerza de olvidos, es que cuando salgo de la reunión tengo que anotar todo lo que se dijo. No hay manera de que tu memoria le gane al lápiz y papel en esa situación, ni siquiera lo intentes de otra manera.
Evitar bocetar con «lorem ipsum»
Todo diseñador conoce las bondades de «lorem ipsum», cuando se necesita empezar a diseñar y no hay ningún copy definido por el cliente o redactor de turno, aparece aquella mágica oración en latín al rescate. Lo cierto es que si pasás más de un día trabajando en un diseño con esa frase en latín, tu diseño se va a ver espectacular. Esto es tan cierto como que el diseño final no va a llevar ninguna de esas palabras en latín. A partir del segundo día, hay que poner mayor énfasis en que el cliente/redactor nos entrege algo que se parezca, aunque remotamente, a los copys finales. Tu diseño siempre se va ver bien, balanceado, con cuerpos de texto perfectos, legibles, familias tipográficas armónicas, colores adecuados, y un sin fin de etc. usando «lorem ipsum», pero se verá horrible con «el texto que va».
Hay dos tipos de clientes: el que escucha tu opinión y capacidades, y el que quiere que hagas lo que él dice
Lamentablemente, hay más del segundo tipo de clientes. Es algo con lo que se tiene que lidiar. No entiendo bien por qué esto suele darse en la profesión del diseñador, constantemente nuestro criterio es dejado de lado, llevándonos a la posición de aquél que sabe usar el programa de diseño. Un diseñador es mucho más que un ejecutador de programas, ya hablé sobre esto antes.
Mi abuelo y mi madre son odontólogos, y ellos cuentan que algunos pacientes acuden a ellos diciendo: «doctor/a, vine a que me arranque la muela». Suena gracioso, y lo es en verdad. Por más que mi abuelo o mi madre se esfuercen en hacerle entender que hay caminos alternativos a «arrancar la muela», es una batalla perdida. Podrán decirle que la muela se puede curar, que tiene arreglo… quizás hasta lo convencen y hacen el arreglo. Pero es seguro que ese paciente saldrá del consultorio, irá a otro lugar (no necesariamente un consultorio odontológico), y logrará que le arranquen la muela.
Eso es todo para esta primer entrega, agreguen sus propias experiencias.
- ContraAtaque. El fútbol como hilo conductor - 21 de junio de 2015
- Forzar download de archivos con .htaccess - 21 de abril de 2015
- Filezilla quita los saltos de línea - 23 de febrero de 2015